UNA HISTORIA QUE NO TERMINA NUNCA

 

LA HISTORIA INTERMINABLE puede ser catalogada como literatura infanto-juvenil o no, pero en esta ocasión les ofrezco un análisis desde la teoría psicoanalítica ya que los elementos del psicoanálisis freudiano están presentes muy claramente en la novela.

En La historia interminable confluyen dos historias: la de Bastián Baltasar Bux y la de Atreyu. Bastián es un niño que padece las burlas de sus compañeros y maestros de colegio,  la indiferencia de su padre y la ausencia de su madre que ha fallecido. Luego de una breve conversación con el señor Karl Konrad Koreander, dueño de una librería, Bastián le roba el libro que estaba leyendo: La Historia Interminable. El libro le llama poderosamente la atención por el dibujo de la tapa: dos serpientes, una blanca y otra negra, mordiéndose la cola una a la otra, y por el título, Bastián, un gran lector, siempre ha buscado eso: una historia que no termine nunca.

                Bastián lee el libro en el desván del colegio, de inmediato se siente atrapado por la historia: el mundo de Fantasia está siendo atacado por la Nada, la Emperatriz Infantil está muy enferma y envía a Atreyu, un valiente niño de la misma edad de Bastián a buscar la solución para combatir a la Nada. Al final de su viaje Atreyu encuentra el remedio para la Emperatriz Infantil: un ser humano debe darle un nuevo nombre. Bastián, que ha sentido varios llamados a lo largo de su lectura, finalmente entiende que él es “el Salvador” y grita el nuevo nombre: Hija de la Luna. De esta manera, Bastián entra al mundo de Fantasia y ahí a través de sus deseos comienza su viaje.

                La Historia Interminable ofrece distintas interpretaciones según nuestros conocimientos e intereses; puede ser un libro para niños, ya que narra una extraordinaria aventura en Fantasia, el mundo donde viven los fantasios: fuegos fatuos, los comerrocas, los ay ay ay, la Vetusta Morla y un sinfín de seres que acompañan a Bastián en su búsqueda; pero también es un libro para adultos, que con un trasfondo filosófico, nos hace reflexionar sobre este mundo atravesado por la guerra, la muerte y la desidia que construimos día a día.

               

                La obra de Ende no corresponde al realismo sino a la Fantasía, lo que explica las dificultades que encontró para publicar en una Alemania donde la literatura realista tenía un lugar privilegiado. La obra de Ende era criticada por no estar a la altura de un arte que, supuestamente, debía tener un compromiso social y político con los acontecimientos que ocurrían por aquellos años de posguerra.

Sobre el autor:  Michael Ende nació en Baviera, en 1929. Su padre, Edgar Ende, fue un pintor surrealista bastante reconocido y respetado en su país. Desde pequeño, Ende tuvo la influencia artística de su familia, en especial de su padre, en un entorno marcado por la afluencia de escritores, pintores y escultores, que le brindaron una educación y una formación humanística que más adelante definiría su estilo como escritor. Pero todo ese clima familiar que influyó en la vida de Ende desde temprano, comenzó a zozobrar a partir de la llegada al poder de Hitler y el nacionalsocialismo, en 1933. Su padre fue reclutado en el ejército nazi para combatir en la Segunda Guerra Mundial. Y hasta el propio Michael estuvo también cerca de enrolarse en 1945, cuando Alemania caía derrotada ante el poderío de los países Aliados. Finalmente desistió ante la derrota inminente de su país en la contienda bélica.

En 1940 entró al Teatro de Cámara de Munich, donde estudió cinco años. A comienzos de los años 50 empezaba a gestarse su verdadera vocación: ser escritor.

A principios de 1960 se publicó su primera obra titulada Jim Botón y Lucas el maquinista, después de varios rechazos por parte de los editores. El libro finalmente se publicó, obteniendo el premio Deutscher Jugendbuchpreis al mejor libro infantil alemán.

Se traslada junto a su mujer, a una pequeña localidad de la Campania, al sur de Roma. En aquel lugar empezaría a esbozar una de las novelas más destacadas de toda su carrera, Momo, que en principio fue pensada para un programa de televisión. Momo combina, con gran precisión, elementos de la realidad y la Fantasia. Además, plantea una severa crítica a la sociedad de consumo. "Momo fue prohibido inmediatamente. El libro se consideró contrarrevolucionario y subversivo hasta que dos años más tarde salió una edición soviética. En vista de ello Momo fue impresa también en la República Democrática Alemana", sostenía Ende por aquellos años.

Ende conocía bien la forma de enmascarar, tras la fachada de una fábula aparentemente desvinculada de su contexto, su punto de vista sobre las problemáticas de su tiempo. Así, el ascenso de ese lenguaje fantástico, expresado a través de la literatura, tuvo quizás su máxima expresión con una novela que renovó las pautas del género infantil y juvenil. La obra se titulaba La historia interminable.

Pero el gran "salto" de la novela se produjo a partir de su llegada al cine. Desde su incursión en el séptimo arte, la obra se tradujo a más de 35 idiomas y vendió miles de ejemplares en todo el mundo. Michael Ende fue invitado a distintos congresos, encuentros y seminarios, para

debatir acerca de su pensamiento sobre la literatura infantil y el concepto de Fantasia, trabajado a lo largo de toda su trayectoria literaria.

En 1985 regresó a Alemania, y se instaló en las afueras de Munich. Allí continuó escribiendo cuentos para chicos.

Pocos años antes de su muerte (aquejado por un cáncer, a los 65 años) Ende publicó un libro que rescata el mejor talento de su pluma. Y expresa, a su vez, la unión con parte de la historia literaria argentina, por su admiración a Jorge Luis Borges. La obra se titulaba La prisión de la libertad.[1]

                              

 

PSICOANÁLISIS Y LITERATURA

                La relación entre Literatura y Psicoanálisis está dada, entre otros elementos, por el hecho de que la obra de Freud está impregnada de la cultura germánica por lo que el psicoanálisis mantiene estrechos lazos con la literatura romántica del siglo XIX, en la que el elemento irracional resulta decisivo y porque la importancia del tema del sueño en los románticos encuentra su culminación en la obra de Freud (Viñas Piquer).

En “La Historia Interminable” el desarrollo de la acción se lleva a cabo según los deseos de  Bastián Baltasar Bux:

“Me gustaría saber”, se dijo, “qué pasa realmente en un libro cuando está cerrado. Naturalmente, dentro hay sólo letras impresas sobre el papel, pero sin embargo… Algo debe de pasar, porque cuando lo abro aparece de pronto una historia entera. Dentro hay personas que no conozco todavía, y todas las aventuras, hazañas y peleas posibles… y a veces se producen tormentas en el mar o se llega a países o ciudades exóticas. Todo eso está en el libro de algún modo. Para vivirlo hay que leerlo, eso está claro. Pero está dentro ya antes. Me gustaría saber de qué modo.”[2]

Esto remite a:

ü  la concepción freudiana del deseo como motor de la conducta (dejar de desear implica la muerte)

ü  el concepto de evasión

LA CONCEPCIÓN FREUDIANA DEL DESEO COMO MOTOR DE LA CONDUCTA

               

                Freud relaciona la creatividad artística con la realización de deseos inconscientes y con la compensación de frustraciones internas. Así, una manera de hacer frente a los deseos que no podemos realizar porque el principio de placer entra en conflicto con el principio de realidad consiste en sublimarlos, es decir, “orientarlos hacia un fin de mayor valor social”, que es el arte. (Viñas Piquer)

                Dentro de la teoría psicoanalítica, el concepto de “Fantasia” –entendido como la realización imaginaria o deformada de un deseo del sujeto- desempeña un importante papel ¿de dónde extrae el poeta el material para sus obras y cómo consigue conmover al lector? Freud encuentra la respuesta en el juego del niño y la Fantasia del adulto. El adulto, en lugar de jugar como el niño, fantasea; y el poeta inventa un mundo distinto al real. Se entra así en el dominio de la ficcionalidad que el psicoanálisis contempla bajo el concepto de  “ilusión”. La Fantasia del adulto normal es secreta, mientras que el poeta las hace públicas y consigue así la aprobación social (Viñas Piquer). Mientras que el Ende adulto ha creado un mundo distinto al real, que ha denominado Fantasia, su protagonista Bastián es atrapado por ese mundo. Mediante la impresión en dos colores, el lector lee dos historias en un libro: en color rojo, el libro “exterior”, y en color verde, el libro “interior”, el libro que está leyendo Bastián Baltasar Bux. En el capítulo XII, “El viejo de la Montaña errante” también lee LHI, repetidas veces, hasta que Bastián grita: “¡Hija de la Luna! ¡Voy!”, un viento se desprende del libro succionando a Bastián al interior del mundo de Fantasia justo cuando el reloj dio las doce. Desde ese momento todo el libro aparece en tinta verde, y desaparece el “Bastián lector” y aparece el “Bastián creador”: “Fantasia nacerá de nuevo de tus deseos, Bastián, que se harán realidad a través de mí”. (LHI p 194)

                “Los caminos de Fantasia –dijo Graógraman- sólo puedes encontrarlos con tus deseos. Y sólo puedes ir de un deseo a otro. Lo que no deseas te resulta inalcanzable.”

                El primer deseo expresado por Bastián “Quisiera verte otra vez, Hija de la Luna. ¿Sabes? Como en el instante aquel en que me miraste”.

                El segundo deseo tiene que ver con su aspecto físico: “Bueno –titubeó Bastián- seguramente esperabas a alguien digno de ti (…) alguien valiente y fuerte y bien parecido”, así se transforma en un príncipe de cuentos, al estilo oriental. Este deseo tiene su origen en el complejo de Bastián por ser gordo y de piernas torcidas.

                Luego continúa con sus aptitudes: “…me falta el verdadero valor (…) quisiera correr una verdadera aventura que exigiera un valor temerario”. Demostrará su transformación enfrentando a Graógraman, la Muerte Multicolor. Así olvida Bastián las burlas de sus compañeros y maestros: “A todos los dones que había recibido desde su encuentro con la Hija de la Luna se había añadido ahora el valor. Y, como cada vez, también ésta había perdido algo a cambio: concretamente, el recuerdo de su pusilanimidad anterior.”       

                Bastián irá perdiendo sus recuerdos hasta olvidar el propio nombre: “Mientras Bastián contemplaba la imagen que tenía ante sí en la nieve, se despertó en él una añoranza de aquel hombre al que no conocía (…) Y olvidó por último lo que le quedaba: su propio nombre”.

EL CONCEPTO DE EVASIÓN

               

                Se entiende evasión como la fuga del yo ante determinadas condiciones y circunstancias de la vida y el mundo, y correlativamente implica la búsqueda y la construcción de un mundo nuevo, imaginario, diverso de aquel el cual se huye, y que funcione como sedante, como compensación ideal, como objetivación de sueños y aspiraciones.

                Ende defendió la literatura fantástica, la Fantasía, no como una vía de escape de la realidad sino como parte integrante de la misma. "La ficción, la Fantasía, necesita de la vida" [3] Esta idea de dos elementos opuestos que se contienen uno al otro se repite constantemente en la obra:

*        en la ilustración de la tapa: “Mirando con más atención la portada, descubrió en ella dos serpientes, una clara y otra oscura, que se mordían mutuamente la cola formando un óvalo. Y en ese óvalo, en letras caprichosamente entrelazadas, estaba el título: La Historia Interminable” imagen que aparece otra vez al final en las Aguas de la Vida, como un pasaje entre Fantasia y el Mundo Exterior

*        “..y así seguiría por toda la eternidad, porque era totalmente imposible que algo cambiara en el desarrollo de los acontecimientos. Sólo él, Bastián, podía intervenir. Y tenía que hacerlo

*        en la Selva Nocturna y el Desierto de Colores

*        “una historia puede ser nueva, y sin embargo, hablar de tiempos remotos”

*        “donde antes sólo habían encontrado lo trivial, descubrieron de pronto secretos y maravillas. De la misma forma que nuestros dos mundos pueden destruirse mutuamente, pueden también mutuamente salvarse.”

 

                "Estoy en contra del escritor como un maestro que tiene que enseñar", dice Michael Ende, "Estoy en contra de toda esta literatura didáctica que pretende siempre enseñar algo a los lectores. Creo que el sentido del arte, de todas las artes, es hacer volver al lector a su vida cotidiana con algo cambiado en la conciencia. Y este cambio se da por la imaginación".[4] Estas convicciones de Ende aparecen en boca de Bastián en el fragmento que se cita más abajo.

 

Evasión en el lector

                El Bastián lector encuentra la evasión en el libro robado, no se hace referencia al mundo de pos-guerra sino a los conflictos internos del personaje: las burlas de sus compañeros y maestros, el complejo por su cuerpo, la falta de su madre, y la fría relación con su padre. De esta manera, a través de la lectura y el “vivir el libro” Bastián compensa sus frustraciones en el mundo de Fantasia.

“El reloj de la torre dio las nueve. Sólo de mala gana volvieron a la realidad los pensamientos de Bastián. Le alegraba que la Historia Interminable no tuviera nada que ver con esa realidad.

 

No le gustaban  los libros en que, con malhumor y de forma avinagrada, se contaban acontecimientos totalmente corrientes (…) Por otra parte, le daba cien patadas cuando se daba cuenta de que lo querían convencer de algo. Y en esa clase de libros, más o menos claramente, siempre lo querían convencer de algo.”

 

                Esto refuerza la idea de oposición al realismo y al didactismo.

 

Evasión en el escritor

a)     Conflicto con la sociedad: el escritor huye de esa sociedad mediocre, injusta y se refugia en la literatura. El mundo está lleno de mentiras, según Gmork, cuando los fantasios son atrapados por la Nada van al mundo de los humanos en forma de mentiras, de desvaríos de la mente, los hombres no pueden distinguir entre apariencia y realidad. Los hombres, al querer aniquilar a Fantasia, aumentan las mentiras. Como los hombres viven de ideas y de mentiras, las ideas y las mentiras tienen poder sobre los hombres.

“En cuanto te llegue el turno de saltar a la Nada, serás también un servidor del poder, desfigurado y sin voluntad (…) Quizá con tu ayuda, harán que los hombres compren lo que no necesitan, crean lo que los hace sumisos o duden de lo que podría salvarlos. Con vosotros, pequeños fantasios, se harán grandes negocios en el mundo de los hombres, se declararán guerras, se fundarán imperios mundiales…”

Aquí la crítica a la sociedad está de manera explícita, pero solapada en un personaje de fantasía, en un libro “para chicos”. Para la Emperatriz Infantil la esperanza no está perdida, ya que los humanos pueden entrar a Fantasia por el camino correcto, salvarla, y volver cambiados a su mundo.

b)      evasión en el plano del espacio: gusto por los paisajes, figuras y costumbres exóticas. Presenta el tema del viaje: tanto Atreyu como Bastián realizan un viaje por un paisaje exótico de grandes plantas, desierto de colores, la ciudad de plata…

c)       evasión en el plano de la creación de personajes: el personaje presenta las cualidades y vive las aventuras que el escritor ha deseado para sí:  Bastián admira a Atreyu, quiere ser valiente como él

d)      evasión en el plano de la infancia: ante los tormentos de la edad adulta el escritor evoca la infancia con su pureza, inocencia, etc. Es en La Casa del Cambio cuando Bastián recuerda que es un niño de diez años. Doña Aiuola despierta su añoranza por la madre, en su regazo se siente protegido; Bastián se alimenta de los frutos de Doña Aiuola como un bebé de la leche materna.

 

 

                A diferencia de lo que ocurre con la práctica psicoanalítica médica, la crítica literaria psicoanalítica no tiene como objetivo el alivio del sufrimiento del sujeto que comunica sus dramas íntimos, sino, en todo caso, ayudar al lector a comprenderse mejor a sí mismo a través de la comprensión de un sujeto que es su semejante. Con lo que se entra en el ámbito de la “recepción literaria”. Según Freud, por medio de la obra literaria el inconciente del escritor comunica con el del lector. Éste, al leer, reconoce sus propias fantasías en las expresadas por el autor, y logra así una descarga emocional y una liberación de sus tensiones internas. La catarsis se produce si antes se ha producido la identificación del lector o espectador con algún personaje de la obra. Cuando esta identificación se produce, el lector o espectador llega a sentir lo que siente el personaje, vive y sufre con él. Pero, en definitiva, sabe que es a otro, al personaje, a quien le suceden las cosas, y por tanto, su seguridad personal no resulta amenazada. (Viñas Piquer) Ende, a través de Bastián Baltasar Bux, comunica con el inconciente de los lectores; en un mundo de posguerra, desconforme en la sociedad de consumo, muestra que otro mundo es posible: “Bastián Baltasar Bux: si no me equivoco, les vas a mostrar a muchos el camino de Fantasia para que puedan traernos el Agua de la Vida”, así concluye el libro:

“Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.”

 

La historia interminable se abre a muchas más historias que no caben en el libro, es una pluralidad de historias que parten de la principal. Ende presenta un protagonista/lector que disfruta de los libros que ponen en actividad su imaginación, Bastián es el “lector modelo” de Ende. Ubicado en la estética de la Recepción, que da importancia ya no al texto ni al autor, sino al lector, La Historia Interminable va cobrando vida a medida que Bastián lee “Para vivirlo, hay que leerlo, eso está claro”. Tal es la importancia del lector que una vez que Bastián ha finalizado la lectura, el libro desaparece:

“Bastián buscó y rebuscó, revolvió las mantas y miró en todos los rincones. No sirvió de nada. La Historia Interminable había desaparecido.”

 


 

 

CONCLUSIÓN

                Realizadas cuatro lecturas del libro, en diferentes épocas, se constata de manera personal el planteamiento de Mukarovsky que sostiene que un mismo artefacto puede ser distintos objetos estéticos. También observando distintas ediciones se puede comparar el lugar ocupado por el libro según el canon. La Historia Interminable es un libro escrito para chicos, según las palabras del propio autor, pero no quiere dejar afuera a los adultos. Son los adultos los que se sentirán identificados en el acto de evasión a la infancia, y los que sabrán leer entre líneas la crítica a una sociedad belicosa, que se corrompe con mentiras, y que de esa forma amenaza con la Nada al mundo de Fantasia. El libro presenta dos concepciones de Fantasia: la del hombre-lobo y la de la Emperatriz Infantil, la de los escépticos y la de los soñadores, o de los adultos que tienen fantasías diurnas (como el juego de los niños) según Freud. La “Nada” que aniquila a Fantasia remite a aquella pregunta primera de la Filosofía: ¿por qué esto y no la Nada?, ¿y qué es la Nada? Es aquello indescriptible, que parece dejarnos ciegos.

 

                Este libro se abre a distintas interpretaciones, y en él subyacen distintas corrientes estéticas,  ideologías y filosofías. Quedan fuera de este trabajo:

*        el existencialismo

*        el cristianismo

*        la fenomenología

*        el marxismo

*        la torre de marfil

*       

 

 

“…pero esa es otra historia

y deberá ser contada en otro momento…”

 



[1] http://www.imaginaria.com.ar/00/8/ende.htm

 

[2] Ende , Michael, La Historia Interminable, p 17

[3] http://www.imaginaria.com.ar/00/8/ende.htm

 

[4] Rosa Maria Pereda

 

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